La muerte de Wolverine

Con el número 700 de Amazing Spider-man lanzado a principios del 2013, Marvel Comics daba por muerto al que probablemente sea su héroe más representativo, Peter Parker. Nótese como digo «Peter Parker» y no «el hombre araña», ya que para aquellos que no estén familiarizados con ese arco, es en este número donde el Doctor Octopus Otto Octavius lográ intercambiar consciencias entre su decrépito cuerpo y el de Peter Parker, justo antes de que su viejo cascarón fallezca ante la fuerza del mismo hombre araña. Sin duda la movida del escritor Dan Slott fue una intrepida y controvertida, llegando incluso a ganarle a Slott un par de amenazas de muerte por haber matado al héroe favorito de todos. Sin embargo, esa movida es probablemente la única razón por la que decidí envolverme de lleno en las comics (un medio que siempre me ha interesado, pero que previo a conocer maneras de leer los números sin consecuencias económicas, había estado poco al tanto), dado que Slott no se conformó con matar la consciencia de Peter Parker, sino en atribuirle responsabilidades al nuevo huésped del cuerpo de Spider-man, haciendo de él un superhéroe más efectivo, pero más despiadado. Lo obvio sería que Slott pronto trajera de vuelta el estatus quo de la serie, pero unos números más adelante, Slott se encarga de eliminar «por completo» lo que quedaba de la consciencia de Peter Parker dentro de la cabeza del Doctor Octopus. En ese momento debo admitir que creí que las cosas tal vez se quedarían así; pero no. Marvel pronto demostró que no son muchos los personajes que se mantienen muertos, y muchos menos si estos son los personajes bandera de la empresa, por lo que después de cerca de un año, Peter Parker regresó a su cuerpo correspondiente en un número que realmente no he leído (me quede en el 15 de Superior Spider-man).

Con tantos enemigos, sin duda que la muerte siempre rondó cerca de este superhéroe.
Con tantos enemigos, sin duda que la muerte siempre rondó cerca de este superhéroe.

De cualquier forma, por más que me agraden las comics, la verdad es que solo tengo chance de meterme un poco más en ellas durante vacaciones, por lo que muy probablemente este blog deje de ser frecuente a partir de febrero. De cualquier forma, durante mi temporada ocupada, sigo estando pendiente de las mayores storylines, como el hecho de que ahora Captain America sea un hombre de color, Thor una mujer o la muerte de Wolverine. Todas estas historias llaman mi atención, pero es esta última la primera que acudí para poderme responder ciertas cosas, entre ellas, como pudieron matar a Wolverine, y quien lo hizo? pregunto, pues el tipo parecía inmortal.

A decir verdad, Wolverine ha muerto varias veces, la mayoría en universos paralelos, pero eso solamente prueba que su «inmortalidad» tiene un límite. Esta nueva muerte de Wolverine, escrita por Charles Soule, ocurre en la continuidad tradicional del universo Marvel (Tierra-616 como se le conoce entre nerds), y así como la muerte de Spider-man, es muy probable que Logan solo se vaya temporalmente, agitando bastante polvo (la mayoría de storylines derivadas de los X-Men se ven afectadas por su muerte) y reaparezca el próximo año en algún momento crítico. Hay quienes especulan que esta muerte puede ser similar a la cancelación de los Cuatro Fantásticos, producto de los conflictos que actualmente sostiene la «Casa de las ideas», con los diversos estudios cinematográficos a los que vendió las licencias de sus películas, y no las quieren regresar. En mi opinión, esta probablemente solo sea una jugada para atraer nuevos lectores, tal como lo hizo conmigo aquel Amazing Spider-Man # 700.

Tomado de la serie de los 90s. Un universo alternativo en el que se puede observar el esqueleto adamantino de Wolverine.
Tomado de la serie de los 90s. Un universo alternativo en el que se puede observar el esqueleto adamantino de Wolverine.

Pero bueno, entrando de lleno en la historia, y advirtiendo que no tendré mayor cuidado con los spoilers, la muerte de Wolverine se desarrolla en cuatro sangrientos números, tomando a Logan en una cabaña canadiense luego de una masacre, obviamente provocada por sus cortantes garras de adamantio. No he leído el número, pero acá Wolverine ya se encuentra afectado por un virus que parece haber afectado su habilidad de curación rápida. Ni Tony Stark ni Reed Richards parecen encontrarle cura alguna, por lo que un vulnerable Wolverine pronto se ve asediado por una manada de enemigos dispuestos a matarlo en sus momentos de debilidad. Obviamente, aun sin sus poderes curativos, Wolverine no es hueso fácil de roer, por lo que los cuatro números básicamente funcionan como un»whodunit» anticipado. Ya sabemos por el título del arco que Wolverine va a morir, lo que nos resta por saber es quien y como. Es así como nos encontraremos con Wolverine siguiendo la pista de un contrato por su cabeza, búsqueda que nos llevará a verlo enfrentarse a sus más emblemáticos adversarios. En el número uno, estos se limitan a un patético Nuke, un soldado con la bandera estadounidense tatuada en su cara, la cual queda desfigurada al enfrentarse a Logan. En el segundo número, viajamos hasta Madripoor, donde Wolverine deberá enfrentarse a Viper, Sabretooth y Lady Deathstrike, esta última de quien sera rescatado por Kitty Pryde, junto con quien deberá enfrentarse a Ogun en el número tres, en el cual finalmente se revela quien en realidad quiere la cabeza de Wolverine, nada más y nada menos que su creador, el Dr. Cornelius.

Omega Red fue probablemente de los que lamentó no asistir a la fiesta de despedida de Wolverine en Madripoor.
Omega Red fue probablemente de los que lamentó no asistir a la fiesta de despedida de Wolverine en Madripoor.

Aparentemente fue el doctor Cornelius quien perfeccionó el método mediante el cual se unió el adamantio al esqueleto de Logan, operación que hubiese resultado imposible de no ser por el poder curativo de este. Esta se revela como la razón que llevaba a Cornelius a buscar atraer a Logan, dado que el desquiciado científico experimenta nuevamente con humanos, ya que Weapon X probó ser incontrolable. Para dar toque final a sus soldados obedientes, Cornelius ocupa del poder que Wolverine ya no posee. Este con mucha clase demuestra que ya no lo tiene, y Cornelius decide eliminarlo. Naturalmente, Wolverine es capaz de derrotar al soldado contra el que se enfrenta, pero Cornelius activa la maquinaria que inyectará adamantio en los nuevos soldados. Finalmente, la muerte de Wolverine no es explosiva ni súper climática (hubieron momentos más emocionantes en los números anteriores). Wolverine muere por sus propias manos (o debería decir «garras»), destruyendo los contenedores de adamantio líquido, tratando de salvar a tres personas que desconoce. El adamantio se vierte sobre su cuerpo de una forma parecida a la muerte de Deathstrike en la segunda película de los X-Men, pero un poco más exagerada. Wolverine, convertido en una masa de adamantio logra alcanzar a Cornelius y matarlo, antes de quedar convertido en una sólida estatua arrodillada que contempla el atardecer en el Gran Cañón.

Wolverine mostrándolo a Cornelius que su habilidad curativa ha desaparecido.
Wolverine mostrándolo a Cornelius que su habilidad curativa ha desaparecido.

 

Y bueno, así se supone que termina la vida de uno de los héroes más lucrativos de Marvel, pero también, he de agregar, de los personajes cinematográficos más lucrativos de FOX (Hugh Jackman tiene 7 (contando su cameo en First Class) exitosas películas en las que interpreta a Wolverine). De cualquier forma, Wolverine regresará, más temprano que tarde. Se ve difícil como podrá salir de este enredo, pero seguro que los escritores deberán de figurarse una manera. Mientras tanto, el resto de libros de Marvel se verá a varios personajes enfrentando las consecuencias de la muerte de Wolverine, entre ellos los X-Men y un grupo de Wolverines (mutantes allegados a Wolverine como su clon X-2 o su hijo Daken). Por ahora los dejo, pero en la próxima entrega miraremos un poco sobre Big Hero 6, la nueva película de Marvel y Pixar, como siempre, centrándonos en algún número en particular, probablemente el primero.

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